Si bien es cierto que el fenómeno de la sequedad vaginal es más común a partir de la menopausia debido al descenso de los estrógenos, también hay muchas mujeres no menopáusicas que al ser estimuladas sexualmente tienen dificultades en lubricar, por lo que pueden sentir dolor e irritación durante el coito. Algunas de las posibles causas que producen que cada vez mujeres más jóvenes tengan una escasa lubricación son el miedo, la ansiedad, los problemas de pareja, la píldora, los antidepresivos y otros medicamentos, el alcohol, la lactancia materna, llevar mucho rato copulando o la fase del ciclo menstrual en que nos encontremos (sobre todo justo después de la regla).
Todo esto puede afectar seriamente a las relaciones sexuales, por lo que si se trata de un problema persistente, es mejor consultar con un especialista para que ayude a la pareja a decidir lo que puede hacer ante este hecho. Las soluciones más habituales son utilizar lubricantes, terapia hormonal sustitutiva cuando es indicado (consulta al ginecólogo), y terapia psicológica cuando hay problemas, sean personales (depresión o ansiedad) o de pareja.
No obstante, independientemente de todo esto, para luchar contra la sequedad vaginal, sobre todo al llegar a la menopausia, es fundamental mantener la musculatura genital tonificada, porque la lubricación es el resultado del aumento de la afluencia sanguínea en la zona pélvica, presión que provoca que la humedad se filtre a través del revestimiento de la vagina.
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