El negocio del sexo



La industria del porno es un sector que mueve constantemente dinero, pero no todas las productoras nacionales actúan de manera legal y son muchas las que pagan a sus actores en negro. Las secuencias que se graban y se distribuyen hay que declararlas en el Ministerio de Cultura y “declarar un negocio online es como decir cuantos granos de arroz contiene un kilo”, indica el actor porno Sergio del Hierro. Los gastos de legalizar cada secuencia son muy grandes, y los beneficios, es muy dificil que superen a los gastos, “por eso se suele pagar en negro y al momento”, aunque las productoras más conocidas sí que tienen todo esto en regla.



En Italia crucifican a impuestos todo lo relacionado con el porno, por lo que si ocurriese lo mismo en España, ¿la industria podría sobrevivir? Según la productora IFG, “ya está sobreviviendo”. Esta productora es un ejemplo de empresa legal. Tienen 25 trabajadores por los que pagan Seguridad Social, IRPF, impuesto de sociedades… como cualquier empresa, trabajan prácticamente parar pagar. Pero también cabe destacar un dato, y es que la industria del porno no recibe ayudas, ni protección de la SGAE, ni subvenciones como el cine convencional, ni fama, ni se promociona en la TV, ni se proyecta en cines, por tanto, el porno no saca los beneficios enormes que saca el cine convencional, y cada escena en España cuesta cerca de 1.500 euros, debido a que hay que pagar a los actores, la localización, el cámara, y el transporte si hay que desplazarse.

“Las razones por las que no se apoya el sector son obvias y relacionadas con la cultura y con la sociedad en la que vivimos. La única ventaja o beneficio económico que existe es que al haber tanto movimiento en negro, se ahorran los impuestos, pero no existe ninguna ventaja más”,  explica el economista y profesor de la Universidad Politécnica de Valencia, en el campus de Alcoy, David Pla Santamaría.
 
En cuanto a la publicidad, el porno no se publicita de ninguna manera, solamente a través de banners en webs, dónde la productora cobra cuando alguien pincha en la web. El principal problema que existe es que pagan justos por pecadores. Hay muchas productoras que intentan abrirse camino en este mundo y “empiezan grabando cosas sueltas por las cuales no declaran nada, invierten sin saber qué futuro van a tener realmente, y luego intentan vender el producto, y como es tan difícil, la mayoría no declara”.

La forma de que Hacienda cobre es por los medios de distribución. Normalmente, en la industria del porno se paga a Hacienda por los medios de descarga, que ellos se encargan de cotizar como descarga sms. Son empresas que se contratan para las descargas y que se llevan más del 50% de cada una. “Por eso no queda ni la mitad de la descarga (si una descarga cuesta 2,50 euros,) queda menos de un euro para la productora, y ahora súmale la cámara, webmaster, equipo, trabajo de edición, y los actores. Tienen que descargar muchisimo para no perder”, añade Del Hierro.

El salario de un actor porno, sea quizás, la pregunta del millón. El 80 % de ellos cobra en negro. “Se paga en negro, y al momento porque no hay una regulación oficial al respecto y porque el coste de contratar por un día como empleado-trabajador a un actor por cuenta ajena (régimen de los trabajadores) lleva una burocracia y unos costes excesivos para las productoras”, afirma Bruno Spain. “Hay actores y actrices que son autónomos y a estos sí se les puede pagar en blanco con cheque generalmente por una película larga, varias escenas o seriales”, asegura Spain.

Algunos dicen que una actriz nueva que empieza a rodar, cobra por escena entre 150 y 250 euros (dependiendo también su físico, su juventud, cosas que hace y para quién rueda). Pero luego puede subir a los 400 o 500 euros por escena, si se hace famosa, es guapa y gusta al público.

Otros dicen que en las empresas decentes en las que se lo “montan bien” pueden llegar a cobrar, tanto los actores como los productores, un sueldo de entre 2.000 y 3.000 euros. Y otros dicen que un actor cobra dependiendo de su caché, destacando los 100 o 200 que cobra un novato, hasta los 1.000 que cobra un veterano muy bueno. Y luego están los que dicen que un actor empieza gratis y si demuestra que vale, acaba cobrando entre 100 y 300 por escena como media para un actor ya conocido. Por lo tanto, lo que cobra un actor depende sobretodo de la productora y del caché de cada actor.

“Cuanto más dinero en B (negro), menos se puede oficializar, por lo que hay dos opciones: o se cuenta con una fortuna suficiente como para poder contratar expertos en evasión de capitales, paraísos fiscales, etc, o dar de alta negocios tapadera para poder oficializar el B”, especifica el profesor Pla Santamaría, quien añade que no cree que esto vaya a cambiar en un futuro próximo porque de alguna manera “no afecta ni positiva ni negativamente la evolución del sector”.

En USA, por ejemplo,  todavía se paga más, 600 euros a las nuevas a 900 euros a las veteranas, pero claro, las americanas están consideradas como unas “diosas” por las escenas tan increíbles que hacen, ya que incluso las nuevas actrices saben mirar a la cámara, hablar, excitar, calentar, o reír. “Algo que a las españolas todavía les cuesta por la timidez y porque no han visto tanto porno como las americanas”, según indica el actor, productor y director porno, Bruno Spain.

Por ello, en el momento en el que una empresa ya está bien montada, lo mejor es legalizar el negocio para no tener problemas. Sergio del Hierro, por ejemplo, cuando contrataba a chicas, les hacía un contrato por día trabajado para que de esta manera, cotizaran como artistas.

Una productora porno es una empresa y como cualquier empresa, sea sociedad anónima o limitada,  paga sus impuestos. Por tanto, en las empresas legalizadas del sector, como IFG, “los actores porno tienen seguridad social, son autónomos, y para ello, se paga una cuota al mes de 300 euros”, según han destacado fuentes de IFG. “Si los actores trabajan con asiduidad se convierten en autónomos”; Asimismo, en autónomo hay varios epígrafes, y uno de ellos es el de actores de cine y teatro”, por lo que, ya se pueden facturar los trabajos a las productoras.

Las grandes productoras no pagan en negro. Aunque “cuando salen chicas nuevas y no son autónomas, no hay más remedio que pagarles en negro”. IFG asegura que a una empresa de verdad no le gusta pagar en negro porque para hacerlo, hay que generar también dinero negro, y cada vez se genera menos, debido “al cierre de los videoclubs”. Ahora mismo, la mayoría del dinero que entra en una empresa es en A, es decir, dinero legal, el de facturación, que entra de las televisiones, de Internet o de la telefonía.
Antes con el DVD, “entraba en las empresas del sector mucho dinero porque se les vendía a los videoclubs en negro”. Con este dinero, se podía pagar la producción porque los comercios son reacios a las facturas, y a las productoras les venía bien recaudar dinero en B.

Antiguamente se sacaba mucho dinero de los sexshops, en cambio ahora la venta ha decaído debido al negocio de los tappersex y a que se consume menos el DVD, y con la crisis actual sólo siguen los mejores sexshops. 

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